Con este fragmento, terminamos nuestras
entradas correspondientes a La Mancha, Tierra de Don Quijote. Hoy la cuna del
Teatro, El Corral de Comedias- Pasamos el testigo a nuestros amigos de la
Peñalosa que en estos días disfrutan de esta ruta manchega.
“El mundo
entero es un teatro, y todos los hombres y mujeres simplemente comediantes.
Tienen sus entradas y salidas, y un hombre en su tiempo representa muchos
papeles, y sus actos son siete edades. Primero, es el niño que da vagidos y
babea en los brazos de la nodriza; luego, es el escolar lloricón, con su
mochila y su reluciente cara de aurora, que, como un caracol, se arrastra de
mala gana a la escuela. En seguida, es el enamorado, suspirando como un horno,
con una balada doliente compuesta a las rejas de su adorada. Después, es un
soldado, aforrado de extraños juramentos y barbado como un leopardo, celoso de
su honor, pronto y atrevido en la querella, buscando la burbuja de aire de la
reputación hasta en la boca de los cañones. Más tarde, es el juez, con su
hermoso vientre redondo, rellene de un buen capón, los ojos severos y la barba
de corte cuidado, lleno de graves dichos y de lugares comunes. Y así representa
su papel. La sexta edad nos le transforma en el personaje del enjuto y
embabucado Pantalón, con sus anteojos sobre la nariz y su bolsa al lado. Las
calzas de su juventud, que ha conservado cuidadosamente, serían un mundo de
anchas para sus magras canillas, y su fuerte voz viril, convertida de nuevo en
atiplada de niño, emite ahora sonidos de caramillo y de silbato. En fin, la
última escena de todas, la que termina esta extraña historia llena de
acontecimientos, es la segunda infancia y el total olvido, sin dientes, sin
ojos, sin gusto, sin nada. "
William Shakespeare
“pues en estas andamos”
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