Una de nuestras convivencias más solicitadas es sin duda la
que celebramos en la Aldea del Rocío, posiblemente por la amalgama de emociones
que en el lugar se revive. El pasado domingo volvimos a entregarnos a esas
emociones y visitamos de nuevo esa zona de casas blancas y calles de arena
fina, todas ellas rodeando la Ermita de la Virgen del Rocío donde reside la
Blanca Paloma, nombre que se le da a esta Virgen y de la que existen miles de devotos por todo el
Mundo.
El número de participantes,
como siempre, fue el máximo algunos se desplazaron en sus vehículos y la junta
directiva dispuso de un autobús de sesenta plazas. La mañana se dedicó a la
visita de la Ermita y asistencia a las Eucaristías que estuvieron acompañadas
de varios coros rocieros. También hubo tiempo para el desayuno y disfrutar de
un paseo por la laguna de Doñana
Os dejamos algunas fotos y
en las próximas entradas comentamos
más.
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